Probamos poner unas zapatillas y salir en los momentos libres. Todo empezó por Elena y con Elena. Verla a ella en una c42, con ese ambiente por la ciudad, y disfrutando me hizo gritarle ese "para el año te acompaño" y así fue :-)

Empezar poco a poco a correr hizo recuperar la forma y empezamos en ese 2014 en el circuito Coruña Corre. Como nos gusta pasar el tiempo realizando actividades en familia, nos apuntamos todos (¡¡¡los 5!!!) al circuito y empezaron las carreras por los barrios. La sorpresa fue que los pequeños lo disfrutaban como nosotros o más y ahí empezaron a caer mitos: el mito de que correr es un deporte solitario y que con Inés iba a ser difícil hacer actividades deportivas. Aquí una foto de nuestras primeras carreras (¡¡¡ qué pequeña se ve a Inés !!! y había comenzado a andar hace poco y todavía le costaba sin ayuda).

Y poco a poco, ante esa pasión de Inés, nos fuimos enganchando a todas las carreras de la ciudad y alrededores que tuviesen categorías infantiles y haciendo los papis cada vez distancias más grandes. Ahí tenemos que agradecer al concello el servicio de guardería que tuvimos para poder correr los dos y después a los familiares de los compañeros de las carreras, que sin ellos no hubiésemos podido correr juntos. Era (y es) impresionante ver a Inés antes de salir de casa cuando le enseñábamos el dorsal como se emocionaba y como "corría" hacia el coche. La alegría ya empezaba ahí. Aquí podéis ver nuestra alegría en una de las últimas carreras de los barrios.

Y entre los compañeros de aventuras tuvimos la suerte de tropezar con Mario y su familia y eso nos hizo probar otra modalidad: correr con Inés en el carro. ¡¡¡Ahora sí que la liamos!!! Ahora no sólo vale ver el dorsal, si nos ve con ropa de correr ya se activa y hay que hacer kilometraje. Nuestra primera experiencia fue a lo grande: la c21. No podemos estar más contentos de la experiencia: ¡¡todo un subidón!! Recorrer tu ciudad haciendo lo que te gusta y viendo las risas de Inés no tiene precio.

Y tras la c21, el parón de carreras y la añoranza de esos fines de semana de aventuras, apuros para llegar a tiempo con la tropa, risas, sudores y batallitas con los compañeros que fueron convirtiéndose en amigos. 

Pero todo llega, y aquí estamos escribiendo estas líneas con la sonrisa en la cara porque el calendario ya tiene fechas de reencuentros con las calles de nuestra ciudad. El 3 de octubre volveremos a revivir un domingo de carreras con nuestra c10. Todavía vamos a echar en falta las carreras de menores pero la alegría de ponernos un dorsal y recorrer 10 kms de felicidad con nuestros compañeros de afición no nos lo quita nadie... ni siquiera ir hasta Oza ;-) 

Si te ha gustado para leer hasta el final, te invito a que pruebes a recorrer la ciudad desde el punto de vista de unas zapatillas y con un dorsal. Cruzar esa meta te va a brindar sentimientos buenos que perdurarán en el tiempo. Y si aún así no te he convencido, baja a animar a los que están corriendo... lo mismo ves a una "Elena" y ya la aventura acaba de comenzar.