La concejala de Medio Ambiente, Esther Fontán, presentó esta mañana la campaña "Come e leva", encuadrada en la Semana Europea de Prevención de Residuos", en la que 45 restaurantes distribuirán entre su clientela hasta 8.000 fiambreras y bolsas reutilizables para que puedan llevar la comida sobrante para casa. La edil manifestó que la iniciativa pretende ser una llamada de atención a la ciudadanía sobre la cantidad de restos que desperdiciamos al día a nivel particular y colectivo. Los establecimientos tendrán un distintivo en la puerta con la imagen de la campaña que está presente en las redes sociales a través de Facebook e Instagram, donde se puede ver el listado con todos los locales que se apuntaron, así como su oferta hostelera.

Cada negocio presentará también un plato preelaborado y reelaborado. "A partir de sobrantes, harán una nueva especialidad, una forma de reinventar su cocina para aprovechar los alimentos". El resultado podrá ser votado por las coruñesas y coruñeses en las redes y, al finalizar, se sorteará un bono de 60 euros de comer o cenar en alguno de los establecimientos, que están repartidos por toda la ciudad, "desde la zona de los vinos a los barrios de Los Rosales y Matogrande, pasando por calles céntricas como Juan Flórez". Fontán explicó que el aprovechamiento de los alimentos "que puede parecer una cuestión menor es uno de los mayores problemas que tenemos a nivel europeo, ya que un estudio realizado por la Federación Española de Hostelería y Restauración revela que los restaurantes descartan más de 60.000 toneladas de comida aptas para el consumo, lo que supone un sobrecoste de más de 250 millones de euros anuales". Si desde el punto de vista social, dada la situación de urgencia por la que están pasando multitud de familias, esta cifra es ya escandalosa. "Desde la perspectiva medioambiental, el problema adquiere grandes dimensiones al acabar esos restos en nuestros contenedores".

Aunque implica una cantidad menor, añadió, es igualmente importante que en los hogares se separen de manera adecuada los residuos alimentarios domésticos, algo que no se está haciendo en la ciudad, segundo manifestó la edila, que aseguró que las malas costumbres llevan el vecindario a echar el excedente en el colector equivocado: "Cuando tenemos una bolsa de salchichas caducadas, lo más lógico es que la tiremos en orgánicos, cuando ese plástico no es orgánico; en el caso de un yogur, la tendencia es tirarlo en el inorgánico porque quedamos con el componente de fuera".

La concejala insistió en que era el momento de hacer un ejercicio de buenas prácticas y, por eso, también les propondrán a los restaurantes "que nos den recetas con las que reelaboremos productos cocinados del día anterior y no los desperdiciemos". El objetivo de Medio Ambiente pasa por concienciar al vecindario sobre la separación de residuos porque "la lucha contra el cambio climático comienza en los cubos de la basura" de las/los particulares y de las grandes superficies, "donde nos acercaremos en las próximas semanas porque su colaboración es imprescindible para no encontrarnos en Nostián con la situación de que no se separa adecuadamente y que la planta no puede hacer un buen compost".