El concejal de Culturas, Deporte e Coñecemento, José Manuel Sande, participó este viernes en la presentación de la exposición 'A astronomía como cha contan', que se puede ver en la Casa de las Ciencias, una muestra sobre astronomía y exploración espacial vista a través de los medios de comunicación y las redes sociales. Como destacó el responsable municipal, se trata de un tema "de especial relevancia y de gran impacto en la ciudad, donde la astronomía es un punto de atención científica y divulgativa y en la que abundante ciudadanía, más allá del colectivo especializado, pone su interés". Del mismo modo, Sande hizo hincapié en la calidad de esta propuesta -hecha casi en exclusiva por personal de los Museos Científicos, tanto en su concepción como también en el diseño, montaje y ejecución, y apoyada en tecnologías libres-, que "no por casualidad se ubica en la Casa de las Ciencias". "Para nosotros era importante darle la prestancia que tiene a este recinto, el primer espacio de la red de museos científicos de la ciudad, tan esencial y que tanto hizo por el espíritu científico de esta ciudad y por la propagación del conocimiento, y esta es una ocasión excelente", comentó.

La muestra se centran, tal y como señaló el responsable municipal, en la astronomía y la exploración espacial, a través de módulos expositivos distribuidos en seis grandes ámbitos que cubren, respectivamente, la exploración del Sistema Solar, los confines del universo, el descubrimiento de planetas extrasolares, la contaminación lumínica, la vida de los y de las astronautas y la importancia de los satélites que observan la Tierra, a través de objetos, elementos interactivos, audiovisuales, paneles gráficos y ejemplos de noticias procedentes de medios de comunicación y redes sociales analizadas desde una perspectiva crítica. Como todas las exposiciones de la Casa de las Ciencias, 'A astronomía como cha contan' incorpora elementos interactivos que ofrecen una perspectiva lúdica y participativa de los contenidos. Se trata de elementos originales desarrollados por el equipo de producción de los Museos Científicos Coruñeses. Entre ellos destacan una pista de baile que reacciona con luz y sonido al impacto de rayos cósmicos, un fotomatón en el que es posible hacerse fotografías en luz infrarroja o un dispositivo que dibuja paisajes a medida que vamos modelando un terreno con las manos. En la presentación de la exposición, Marcos Pérez Maldonado, director técnico de la Casa de las Ciencias, destacó y agradeció la colaboración con otras entidades para hacer posible este evento, así como a los y a las trabajadoras de todos los Museos Científicos y los y las colaboradas externas. "Esta exposición es el elemento diferencial de la Casa de las Ciencias dentro de una oferta lúdica muy asequible, es un espacio de reflexión crítica sobre el contexto social, económico y comunicativo, y lo que hace es aplicar el discurso de los Museos Científicos coruñeses, buscando la interdisciplinariedad, en la que la ciencia aparece no como una cosa extraordinaria y ajena a la sociedad y la cultura, e igualmente la interactividad", manifestó.

Para el desarrollo de la exposición -que cuenta con financiación a través de la convocatoria de ayudas para el fomento de la cultura científica, tecnológica y de la innovación 2015, promovidas por la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT)-Ministerio de Economía y Competitividad-, se solicitaron piezas singulares a diversas instituciones científicas. Entre ellas la placa de un satélite diseñado y lanzado al espacio por la Universidad de Vigo, las tripas de un sensor de contaminacion lumínica cedido por la Universidad de Santiago, un fósil de hadrosaurio procedente del Museu della Cuenca Dellá (Lleida) datado en 65 millones de años, una condrita carbonácea, meteorito con la misma composición que el asteroide contribuyó a la extinción de los dinosaurios, un fragmento de los paneles solares que se retiraron del telescopio espacial Hubble cedido por la Agencia Espacial Europea o una pieza de la sonda Luna 8, lanzada en 1965 por los soviéticos, que acabó cayendo en el sur de España y está depositado en el Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial.