Las ciudades en que vivimos constituyen complejas estructuras que trascienden nuestras operaciones cotidianas. Muy al contrario, el espacio urbano se nos impone como una poderosa superestructura económica, política y social.

Por ello, no es casualidad que las experiencias de arte crítico hayan tenido con frecuencia como objetivo un crucial escenario en permanente litigio en la cambiante faz de las ciudades: la calle, o el espacio público - entendido éste no sólo en su dimensión física, sino también simbólica y lingüística, y en definitiva, política.

Pero, ¿de qué modo pueden las prácticas artísticas evitar ser engullidas por el continuo fluir de las imágenes de la ciudad-espectáculo y no acabar funcionando como un elemento más de la neutralización que persigue el turismo global? ¿cómo ensayar estrategias que puedan aportar ciertos quiebros para, si acaso, transformar estos espacios de pulsión que denominamos ciudades?

A Coruña es un istmo rodeado de mar. La historia de la ciudad está inextricablemente unida a su enclave geográfico, y a medida que se produce la expansión mercantil y demográfica del pasado siglo, a procesos y negociaciones de toda índole para imponerse y ganar terreno al mar. El actual contorno de A Coruña es una sucesión intermitente de restos arqueológicos y episodios de cierto relato truncado de la modernidad, sobre los que la ciudad se consolida y proyecta su crecimiento.

TALLER

Si toda ciudad es una exposición pública de efemérides y monumentos, del botín acumulado por los sucesivos vencedores a lo largo de la Historia, no lo es menos un depósito de casos no resueltos, un archivo de las páginas descartadas de la memoria oficial. A lo largo de toda su trayectoria, el artista Rogelio López Cuenca ha trabajado en la elaboración de 'contramapas' y señalizaciones intrusas en ciudades como Roma, Madrid, Valparaíso, Lima, São Paulo, México o Valencia, que funcionan como manuales de desvíos y encrucijadas, proyectos centrados en el análisis de las omisiones y ausencias que subyacen en el espacio reglado de la ciudad.

'Xeografía, memoria e capital cívico' es un proyecto dirigido por López Cuenca que pretende delimitar una geografía 'otra' de la ciudad de A Coruña, mediante el trazado de itinerarios que observen diversas problemáticas que normalmente son contempladas de un modo aislado, y que pretenden certificar la realidad de cierto mapa de lo cotidiano en relación a aquellos procesos globales de los que son tanto consecuencia como protagonistas.

Un itinerario alternativo que propone desenredar la madeja de la Historia local a partir del amplio contexto que ofrece el litoral de la ciudad, y en especial la franja marítima que comprende desde el antiguo puerto pesquero situado en la Marina hasta los astilleros de Oza, cerrado a la ciudadanía en los últimos tiempos, y cuyas transformaciones en el ámbito de la economía productiva, el urbanismo y la memoria exigen una reflexión de calado sobre su presente y sus posibilidades futuras.