La tercera terraza se sitúa, principalmente, en las áreas oeste y sur, bajo la acrópolis, delimitada por una potente muralla de más de 1,5 m de anchura. Parece tratarse de la última línea defensiva del castro. Esta muralla cuenta con un potente acceso en su área sudoeste, definido por varios torreones, un camino empedrado y (al menos) tres puertas.

Esta zona apenas recibió atención arqueológica durante las primeras campañas, siendo inicialmente excavada durante lo proyecto Artabria, bajo la dirección de José María Bello, y también en intervenciones sucesivas bajo distintas direcciones (Fidel Méndez, Luis Francisco López, Mario Cesar Vila y Roberto Bartolomé), en estos últimos casos, centradas principalmente en ahondar en las características del sistema de acceso.

Esta zona resultó de particular interese para el estudio de las fases constructivas de la muralla. En este caso, se identificó una muralla escalonada, es decir, construida sobre un zócalo asentado sobre la tierra o el afloramiento, de gran anchura, sobre lo que se asentaba la muralla tal y como se ve en la actualidad. Los materiales recuperados en el entorno de las murallas parecen indicar un origen ubicado entre los ss. III y II a.C., mientras que los depósitos de abandono, tanto en esta área como en el sistema de acceso, indican que ya no estaría en uso en la primera mitad del s. I d.C.