Desde las campañas de excavación de Luengo, todos los arqueólogos que pasaron por el castro repararon en uno extraño "túmulo" situado en el entorno del castro, a unos 100 m de la última línea de muralla. Se propusieron múltiples interpretaciones: José María Luengo consideraba que se trataría de un espacio de enterramiento para las élites del castro, mientras que Felipe Senén López pensó se podría tratarse de un edificio termal.

Tras 75 años de dudas, en 2022 se realizó una primera intervención arqueológica en el "túmulo" de Elviña, bajo la dirección de Samuel Nión Álvarez. Los resultados, desgraciadamente, no fueron tan esclarecedores como se esperaba.