Los grupos de edad que abarcan estas dos etapas educativas, secundaria y formación profesional, comprenden aquellos considerados por las estadísticas como "grupos de riesgo". Habida cuenta de los aspectos psicológicos y características de esta edad (etapa de  autoafirmación, inestabilidad emocional,  exhibicionismo, poca experiencia en la conducción de ciclomotores, gran capacidad para asumir riesgos sobre todo condicionados por estímulos externos como el grupo de amigos...) nuestra intervención va dirigida a concienciarlos en la  evitación de estas conductas de riesgo. Por eso, nos centramos principalmente en la transmisión de valores de prudencia, protección y convivencia desde el respeto a la normativa y a los demás.

Nuestro discurso en estas edades está en la línea de relacionar la conducta cívica y la conducta viaria, tal y como lo aseveran estudios psicológicos. Es decir, quien tiene una conducta cívica en todos los ámbitos de la convivencia (en el barrio, con los vecinos, a la hora de respetar las ordenanzas de limpieza, de horarios...), estos estudios refutan que dicha conducta correlaciona con la conducta vial, y por lo tanto, esto se traduce en una reducción significativa de la sinestralidade en este grupo de población. De este modo, en nuestras clases de educación vial tratamos también temas como el botellón y la trascendencia que determinadas conductas como los destrozos en el mobiliario público y privado tiene con respeto al resto de la población.