Ilustración de David Sánchez, CC-BY.
Útiles, armamento e interacción con otros mundos
Trabajar el metal era una parte esencial durante la Edad del Hierro, y parece haber sido una actividad común en todos los castros. No es extraño, de hecho, que se encuentren moldes, restos de metales, crisoles o restos de escorias en áreas localizadas de los castros.
Inicialmente, en las primeras centurias de la Edad del Hierro, solo se conocía la metalurgia del bronce, del cobre y del estaño. La metalurgia del hierro se fue expandiendo desde el sur a partir de los ss. VII-VI a.C., y durante los ss. V-IV a.C. ya estaba completamente extendida por todo el territorio galaico.
La metalurgia del hierro supuso un cambio significativo en las formas de producción. Esta requiere un procedimiento específico que la diferencia de la metalurgia del bronce, ya que no implicaba la fundición total de la materia prima (esto solo se alcanzaría con el uso del carbón mineral en el s. XVII), requería de áreas específicas y diferenciadas para la preparación de la materia prima y la obtención final del objeto (es decir, para lo fundido y el forjado, respectivamente) y también implicaba un conocimiento mucho más preciso y específico.
Debemos señalar, no obstante, que la metalurgia prehistórica no tenía la concepción tecnificada e industrializada que tiene para las sociedades contemporáneas. En sociedades no industrializadas, la metalurgia se percibe como una actividad cargada de simbolismo y religiosidad, que no solo requiere de controlar la técnica, sino también de todos los agentes espirituales, religiosos y simbólicos que se puedan ver involucrados. Entre otros aspectos, este hecho puede apreciarse en el cambio significativo de los lugares en los que se produce metal, que pasan de formar parte de la actividad del castro para ser localizados en ámbitos periféricos y ajenos al cotidiano. Esto no solo remarca la necesidad de evitar procesos tóxicos, sino la necesidad de controlar y preservar el conocimiento de todos estos procedimientos, a los que solo podían acceder aquellos iniciados.
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