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¿Qué es un faro?
Cerca del puerto de Alejandría, en Egipto, hay una pequeña isla cuyo nombre, en griego, es Faro o Faros. Dadas las características de la costa, Ptolomeo I hizo construir en ella una señal marítima. Como ocurre muchas veces, la parte sirvió posteriormente para dar nombre al todo y hoy quizás no nos acordemos de aquella pequeña isla, pero no hay duda de que las señales marítimas se llaman "faros", como la isla que albergó al más famoso de ellos, el faro de Alejandría, una de las maravillas del mundo antiguo.
Técnicamente, un faro es una señal marítima con alcance superior a las diez millas náuticas, que ayuda a la navegación cumpliendo dos funciones básicas:
- Permitir a una embarcación posicionarse sobre una carta náutica
- Facilitar el acceso a puertos y puntos de recalada
También son señales marítimas las balizas y las boyas, que sirven como señales de peligro o riesgo para la navegación y las enfilaciones, que señalan los canales de entrada a puerto.
La Torre de Hércules es una señal marítima y como tal tiene su propia identificación.
La Torre de Hércules es el único faro que desde sus orígenes en época romana hasta la actualidad ha cumplido con su función primitiva: la de señalar la ubicación del puerto y servir de señal marítima e instrumento de navegación para las embarcaciones que en su singladura atraviesan el corredor atlántico. Esta particularidad lo convierte en un ejemplo excepcional como testimonio único de los numerosos faros que las civilizaciones del pasado construyeron a orillas del mar y que se han perdido con el devenir de la historia, mientras que la Torre de Hércules continúa cumpliendo con la misión de orientar y dirigir a quienes se enfrentan diariamente a inmensidad del océano.
Señal marítima 03530
Luz Blanca, Alcance 23MN
Periodo 20s GpD(4) [(L0.3 oc3.0)3 veces]L0.3 oc9.8
¿Cuándo se construyó?
Simulación época romana, Factoría Gráfica
Si bien no existe una fecha definitiva para la datación de la Torre de Hércules, a la luz de los hallazgos arqueológicos se puede afirmar que fue construida en torno a la segunda mitad del siglo I d. C. por el imperio romano, en el finis terrae del mundo conocido, es decir, en el noroeste de Hispania, en la entrada del gran Golfo Ártabro, que comprende las rías de O Burgo, Ares y Ferrol.
El lugar elegido para su emplazamiento fue una loma rocosa, denominada Punta Eiras, de casi 57 metros de altura, que se encuentra entre Punta Herminia y Punta del Orzán, dominando el extremo septentrional de la península en la que hoy se asienta la ciudad de A Coruña.
Una torre muy austera
Las cuatro fachadas exteriores son de gran austeridad en el diseño y presentan una estructura homogénea, que se repite en todos los frentes, con pequeñas variaciones en la organización de los vanos. Uno de los rasgos más característicos de este faro es la franja helicoidal que recorre sus fachadas exteriores, desde la base hasta el remate del cuerpo prismático, y que es el recuerdo de la rampa ascendente que en época romana servía de acceso y de la cual todavía quedaban las huellas en los muros del edificio cuando en 1789 se inició la restauración proyectada por el ingeniero militar Eustaquio Giannini.
Bajo estas cuatro fachadas erigidas en el siglo XVIII se encuentran los restos del faro romano, una construcción que probablemente fue proyectada por el arquitecto Gayo Sevio Lupo, procedente de la Lusitania. Gayo Sevio dejó una inscripción conmemorativa a los pies de la Torre, que se conserva en la plataforma base del monumento, protegido por una edificación de principios del siglo XIX.
De la construcción romana ha llegado hasta nosotros el núcleo interior del faro y se ha perdido la rampa de acceso exterior. Este núcleo interno es una edificación de planta cuadrangular. De la rampa helicoidal y del muro exterior sólo nos quedan las evidencias que aparecieron en las excavaciones arqueológicas de 1992.
