Durante la Guerra Civil Española (1936-1939) fue cementerio musulmán de los combatientes de origen magrebí. Posteriormente sus restos fueron trasladados al Cementerio de San Amaro, donde todavía se puede ver una placa que lo recuerda. En 1957 los cuerpos fueron repatriados. Hoy en día, sus paredes están adornadas con textos que hacen referencia a la ciudad, en latín, griego, árabe, gaélico y castellano antiguo. Por eso ahora le llamamos Casa de las Palabras.