Entorno de la Torre
El entorno de la Torre de Hércules, declarado Espacio Natural de Interés Local, es una extensión de terreno de 47 hectáreas recorrida por senderos, ideales para las caminatas que nos permitirán disfrutar del paisaje y de su diversidad biológica, acercarnos a las pequeñas calas y sorprendernos ante los acantilados bañados por el Atlántico.
Este gran espacio natural en plena ciudad sirve de lugar de ocio en donde se borran los límites entre el patrimonio natural y el cultural.
El área acoge una gran diversidad biológica, presente también en las pozas permanentes y estacionales que existen en los roquedos litorales y en el interior. Se han llegado a registrar más de quinientas especies autóctonas, entre aves, insectos, hongos y plantas. Hay que destacar la presencia de una especie nativa considerada vulnerable, la Armeria marítima, más conocida como herba de namorar o clavelina de mar. Entre las aves, cincuenta y cinco de ellas están incluidas en diversos catálogos y convenios de conservación, junto con insectos y pequeños mamíferos.
El impresionante paisaje que rodea a la Torre de Hércules tiene siete hábitats de interés comunitario catalogados según la siguiente denominación: bancos de arena cubiertos permanentemente por aguas poco profundas, arrecifes, vegetación anual sobre desechos marinos acumulados, vegetación perenne de bancos de guijarros, acantilados con vegetación de las costas atlánticas y bálticas y brezales secos europeos.
Hay que añadir que el entorno de la Torre de Hércules, junto con su Parque escultórico, fue también zona de baterías militares y testigo de varios sonados naufragios a lo largo de la historia, como los del petrolero Urquiola, el mercante noruego Rytterholm o el Mar Egeo.
El entorno de la Torre de Hércules es un lugar ideal para acercarse a la naturaleza, un raro privilegio no sólo del monumento, sino también de la ciudad, ya que a pocos minutos andando desde el centro ofrece un paisaje sin igual y una gran variedad biológica al alcance de todos los sentidos.
Zarapito trinador (Numenius phaeopus)
Esta ave destaca a simple vista por su largo pico, curvado en la punta, resultando igualmente distintivo el diseño de su cabeza, con evidentes listas oscuras. El plumaje presenta una tonalidad relativamente uniforme, salpicado de manchas pardas a lo largo del cuerpo. En invierno, y durante sus pasos migratorios, el zarapito resulta ciertamente común y ligado a zonas costeras, pudiendo disfrutar de su presencia en el entorno de la Torre de Hércules. La especie figura incluida en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial.
Esta ave destaca a simple vista por su largo pico, curvado en la punta, resultando igualmente distintivo el diseño de su cabeza, con evidentes listas oscuras. El plumaje presenta una tonalidad relativamente uniforme, salpicado de manchas pardas a lo largo del cuerpo. En invierno, y durante sus pasos migratorios, el zarapito resulta ciertamente común y ligado a zonas costeras, pudiendo disfrutar de su presencia en el entorno de la Torre de Hércules. La especie figura incluida en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial.
Manu Cernadas Villar
Pardillo común (Linaria cannabina)
Esta pequeña ave, de dorso pardo y ocre en flancos y vientre, hace notar su presencia con un característico reclamo en vuelo a modo de trino, que repite con insistencia. Ya en el suelo cambia el vuelo por los saltos, buscando activamente semillas de las que alimentarse. Su preferencia por espacios abiertos con vegetación arbustiva dispersa hace de la Torre de Hércules un lugar adecuado para disfrutar de esta especie, que tiñe de carmín el verde manto del entorno gracias al intenso color que muestran los machos en primavera.
Alejandro López González
Chasco común (Saxicola rubicola)
El fuerte contraste entre el anaranjado pecho y el oscuro de sus alas, cola y cabeza, interrumpido por un blanco cuello, permite reconocer fácilmente a los machos de esta especie. Hembras y jóvenes exhiben colores más discretos, predominando los tonos pardos en su plumaje. ¡Chac-chac! Su característico chasquido delata su presencia. Como esperando ser retratado, se posa confiado en las ramas altas, visible para el deleite de quienes reparan en su presencia. Habitual en los paseos alrededor de la Torre de Hércules, resulta siempre una agradable compañía.
Carla Soaje Soliño
Jilguero (Carduelis carduelis)
Tan común como inconfundible, esta pequeña ave destaca por su vistoso plumaje, luciendo una característica cabeza con franjas roja, blanca y negra. En vuelo su despliegue continúa, saliendo a relucir amplias bandas doradas en cada una de sus alas. Su belleza, a la que acompaña un llamativo canto, la ha hecho objeto de capturas y tenencia como ave de jaula. Afortunadamente la península de la Torre nos permite disfrutar de bandos libres de esta especie, que salpican de color todo el entorno, alimentándose de semillas que recogen con destreza.
Manuel Ruiz Delgado
Chova piquirroja (Pyrrhocorax pyrrhocorax)
Córvido de tamaño mediano, caracterizado por un pico curvo de intensa coloración rojiza, visible también en sus patas. El plumaje, negro intenso, permite intuir reflejos metálicos. Su voz resulta igualmente significativa, con característicos reclamos en vuelo. Antaño frecuente, diversas amenazas han contribuido a disminuir sensiblemente sus poblaciones a nivel global. En A Coruña, pequeños bandos se desplazan por diversas zonas verdes de la ciudad, siendo habitual su visita al entorno de la Torre de Hércules como zona de paso y alimentación
Manuel Ruiz Delgado
Alcatraz atlántico (Morus bassanus)
Ave estrictamente marina, de gran tamaño, poderosa y esbelta. De tonalidades generalmente blancas en plumaje adulto (los jóvenes muestran colores más oscuros), destaca el negro del extremo de sus alas y cabeza color crema. Inconfundibles sus picados a distancia sobre el agua, que realiza para capturar a sus presas. El entorno de la Torre de Hércules supone una atalaya perfecta para el disfrute de sus vuelos en paso desde la costa. Si bien en la actualidad sus poblaciones gozan de buena salud, la sobrepesca, ciertas artes de aprovechamiento pesquero y eventos de contaminación, se cuentan entre sus factores de amenaza.
Xacobo de Toro Cacharrón
Cormorán (Phalacrocorax)
Los cormoranes son aves acuáticas, reconocibles gracias a su silueta y color oscuro generalizado. En detalle, las dos especies de nuestro entorno muestran diferencias: mientras el cormorán grande luce garganta blanca, el moñudo, de menor talla, destaca por la comisura amarilla de su pico y una graciosa cresta, visible en época nupcial. Posados en las rocas (a menudo con sus alas desplegadas al sol), en vuelo bajo a ras de agua, o en sus constantes inmersiones, la península de Torre permite la observación a distancia de este género, cuyas poblaciones en el caso del esbelto moñudo acusan un marcado declive, haciéndose patente la necesidad de su conservación.
Xosé Manuel Carregal Silva
Erizo europeo (Erinaceus europaeus)
Pequeño mamífero insectívoro, inconfundible gracias a su dorso cubierto de púas (pelo modificado compuesto de queratina), ligeras y resistentes. De cuerpo rechoncho y color pardo generalizado, más aclarado en el vientre, destacan en él sus ojos, nariz y orejas, de tonalidades oscuras. Presente en multitud de hábitats que le ofrezcan refugio y alimento, ya sean espacios abiertos, boscosos o semiurbanos, el erizo encuentra en el entorno de la Torre de Hércules el hogar adecuado para una importante población, cuyos individuos, aprovechando la oscuridad de la noche, recorren en busca de alimento.
Daniel Monteagudo Anido
Sapillo pintojo ibérico (Discoglossus galganoi)
De aspecto similar a una rana, el pintojo destaca por su hocico prominente y una piel lisa o con pequeñas granulaciones. La coloración, si bien variable, se presenta bajo dos posibles diseños, uno con manchas y otro rayado, predominando las tonalidades pardas. Además de su relevancia como endemismo ibérico (Portugal y la mitad occidental de la España peninsular comprenden toda su área de distribución mundial), esta especie es el único anfibio presente actualmente en el entorno de la Torre de Hércules, donde aprovecha los puntos de agua para criar.
Xosé Manuel Carregal Silva
Lagartija de Bocage (Podarcis bocagei)
Reptil esbelto y de pequeño tamaño (apenas 6 cm, exceptuando la cola). Destaca el dorso verde de los machos adultos, sustituido en hembras e inmaduros por tonalidades pardas que lucen también -unos y otros- en los flancos. El vientre, por su parte, presenta por lo general una coloración amarillenta. Esta lagartija prefiere el suelo a los muros o roquedos, encontrando su alimento y lugares para asolearse en los pequeños claros de la diversa comunidad vegetal que tapiza la península de la Torre. Como endemismo ibérico su conservación resulta esencial, estando su presencia a nivel mundial restringida al extremo noroccidental de la Península Ibérica.
Ricardo Ferreiro Sanjurjo
Araña lobo (Pisaura mirabilis)
De tonos pardos y unos 15 mm de tamaño (sin contar sus largas patas), esta araña destaca gracias a una línea central clara que recorre dorsalmente la región anterior de su cuerpo. El abdomen por su parte resulta delgado y con forma cónica, estrechándose hacia la parte final. Bien en suelo o sobre las hojas de las plantas que cubren el entorno de la Torre, la araña aguarda paciente el paso de una potencial presa a la que capturar valiéndose de sus patas delanteras, contrariamente a otros arácnidos que elaboran telas como estrategia de caza.
Ricardo Ferreiro Sanjurjo
Gitana (Arctia caja)
Mariposa nocturna de unos 6 cm de envergadura y espectacular colorido. Sus alas anteriores, con un patrón de bandas blancas y grandes manchas oscuras, ocultan habitualmente las alas posteriores, de llamativos tonos anaranjados y adornadas con círculos en azul metalizado, que muestran al sentirse amenazadas. Presente en áreas ajardinadas, riberas de ríos y praderas húmedas, el entorno de la Torre de Hércules supone por tanto un hogar adecuado para esta especie. Las orugas, oscuras y pilosas, se alimentan en la vegetación circundante, pudiendo verse adultos voladores en los meses de verano.
Elia Pérez Taboada
Dedalera (Digitalis purpurea)
Planta de tallo cilíndrico y piloso, pudiendo alcanzar los 2 metros de altura. Destacan sus flores, dispuestas en racimo, de llamativos colores púrpura y forma acampanada, decoradas en su cara interior por marcas blancas punteadas en tonos oscuros. Habitual en taludes, claros de bosques y márgenes de caminos de nuestro entorno, donde florece de abril a septiembre, su presencia en la Torre de Hércules resalta por su vistosidad y gran porte. Sus propiedades han sido aprovechadas en la medicina tradicional (dolencias cardiacas), siendo una planta muy popular en Galicia.
Daniel Monteagudo Anido
Armeria/Clavel de Playas (Armeria pubigera)
A modo de manto denso y mullido sobre los roquedos costeros, esta planta destaca por sus pequeñas flores cuyos colores juegan en una gama de tonos rosados o blanquecinos, mostrándose agrupadas (inflorescencia) en el extremo de un tallo floral. Ligada a la ribera del mar, la Armeria adorna el manto que cubre la península de la Torre, donde florece de marzo a junio. Según la creencia popular gallega esta especie, conocida como "herba de namorar" (hierba de enamorar), es capaz de solventar los problemas de amores.
Andrés Rodríguez Pereira
Brezo/Tojo (Erica cinerea/Ulex europaeus)
Arbustos comunes en Galicia. De colores violáceos y estructura que recuerda a una olla, las flores del brezo, lustrosas de mayo a septiembre, contrastan con el amarillo del tojo, reconocible gracias a las fuertes espinas que portan sus ramas. Los brezales del sector noroccidental ibérico con presencia de ambas especies, tal y como se observan en el entorno de la Torre de Hércules, suponen hábitats catalogados de especial interés a nivel europeo (Directiva Hábitats), siendo necesaria su adecuada conservación. La flora se evidencia, así como una base fundamental para el mantenimiento de la diversidad biológica.
Andrés Rodríguez Pereira
Líquenes (Líquenes)
Reflejo del proceso evolutivo, los líquenes son resultado de una íntima asociación (simbiosis) entre un alga y un hongo. Esta unión, beneficiosa para todos sus integrantes, ha conseguido conformar organismos con características únicas, capaces de sintetizar compuestos (sustancias liquénicas) ausentes en el resto de seres vivos. Las diferentes especies existentes muestran diversidad de morfologías, coloraciones y firmeza a la hora de fijarse al sustrato en que se asientan. Indicadores de la calidad del aire, su presencia en la península de la Torre son testigo de la salud del entorno, dotando de vida las inertes rocas.
Andrés Rodríguez Pereira