Ilustración de David Sánchez, CC-BY.
El vestir no es solo una moda
Una actividad fundamental, mas no siempre visible en el registro arqueológico, es la elaboración de las telas y los atuendos. La actividad textil, a priori, parece haber sido una tarea propia del ámbito doméstico. Los telares serían colocados en las áreas mejor iluminadas de la casa, y a pesar de que mayoritariamente deberían haber sido empleados por mujeres, no podemos descartar que los hombres participasen.
La estructura de los telares sería de madera, usando pesas y fusayolas de piedra y cerámica. La función de las pesas es la de dar tirantez a los hilos de la urdimbre en el telar para poder confeccionar los tejidos. Estos nuevos instrumentos aportaron rapidez y comodidad al trabajo del hilado, con la consiguiente mejora de la calidad del hilo. La obtención de ovillos permitió el almacenamiento de materia prima para trabajar con ellos cuando fuera necesario.
El hilado implicaba obtener telas de distinto origen. La lana, por ejemplo, podría ser obtenida por la caída natural anual del vellón, a pesar de que no es descartable que fuera esquilada directamente (existen varios ejemplos de tijeras de grandes dimensiones). Una vez extraído, la lana era lavada para eliminar la suciedad y la grasa o lanolina que la cubría. Una vez seca, se enrollaban los copos y se frotaba entre las manos para formar las fibras que facilitaban el hilado.
También te puede interesar
Lo sentimos pero tu navegador es muy antiguo para poder mostrar esta página. Debes de actualizarlo o usar un navegador compatible. Hemos optimizado esta web para Google Chrome, Mozilla Firefox, Opera, Safari y Microsoft Edge. Instalar ahora un navegador compatible