Miniatura representando a Alfonso IX. Tumbo A de la Catedral de Santiago, procedente del archivo da Wikipedia.
La fundación de una ciudad
Alfonso IX Rey de León (1171-1230) ordenó la fundación y repoblación en 1208 de la pequeña villa de torre de Faro, a la que le otorgó una Carta de Población concediéndole foros y privilegios reales, siguiendo el modelo del Foro de Benavente.
La antigua Crunia se reducía por entonces a una parte de lo que en la actualidad es la Ciudad Vieja y un pequeño arrabal junto al puerto. El Rey extiende el municipio hasta dos leguas alrededor de la población (con unos once kilómetros de radio), y para ello tendrá que negociar compensaciones de los derechos que ostentaban sobre Crunia el obispado de Santiago, el poderoso monasterio de Sobrado y los caballeros templarios.
En el foro, la ciudad depende directamente del Rey y se veta la presencia del clero y la nobleza en su territorio: «Mando que no admitan por vecinos en la villa a militares ni a monjes, excepto a los monjes de Sobrado, quienes tendrán poder para alquilar las casas que tuviesen en la villa». Alfonso IX amenaza también con fuertes multas a quien ataque la ciudad: «Y todo aquel que desde ahora cause mal o perjuicio al concejo, ya sea militar o civil, sufrirá mi cólera, será prendido y pagará una multa de mil maravedís».
Alfonso IX establecería también la casa de la moneda de A Coruña y, en el tiempo de su reinado, la ciudad se protegería con la muralla.
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