Hablan de amores y desamores, de encuentros y desencuentros, pero también de sensaciones, de lo trascendente de la vida, del ser humano, y saben crear atmósferas muy poéticas en letras y música. Existencialismo hecho canción. Sus melodías no buscan lo comercial sin embargo sus canciones se nos pegan con mucha facilidad y ese es quizá su mayor logro, haber sabido trascender las leyes de la industria musical y paradójicamente haber conquistado al gran público, porque hay algo muy magnético en sus canciones. Nos atrapan a la primera. Son eléctricos, electrizantes, saben beber de todo tipo de géneros y fusionarlos para hacerlos propios.

Después de varios años de parón vuelven con El Rinoceronte, aclamado por crítica y público como uno de los mejores discos de 2014, que les devolvió directamente a la primera línea con todas las entradas vendidas en sus conciertos de presentación, y destacadas presencias en los mayores festivales del país. El Rinoceronte fue nominado a los Grammy Latinos como mejor disco de Pop Rock.

A principios de 2016 nos regalan el espléndido Nueve canciones de amor y una de esperanza. Un disco conceptual sobre el amor en todas sus facetas, con colaboraciones de la talla de Enrique Bunbury en "Duele" o Love of Lesbian en "Te quiero" de José Luis Perales. El disco entra directamente al #2 en ventas y la banda agota las entradas de los nueve primeros conciertos de la extensa gira que los llevará por toda España, Reino Unido y México.