Con más de treinta años de experiencia en el ámbito de la acción social en España, Blanca González Mitre ha dedicado su vida profesional y personal a promover los derechos humanos, la justicia social y la igualdad de oportunidades. Desde enero de 2019 dirige la FISC, la ONGD de la Compañía de María, impulsando proyectos de cooperación internacional, educación, salud, y desarrollo comunitario en América Latina, África y Europa.

Bajo su dirección, FISC ha reforzado su compromiso con la ecología integral, la equidad de género y la defensa de los derechos de las personas más vulnerables, acompañando procesos de transformación local sostenibles y participativos.

En la República Democrática del Congo, la Compañía de María trabaja junto a comunidades rurales y urbanas en programas educativos, de empoderamiento de mujeres y de apoyo a la infancia, fortaleciendo la esperanza en contextos de enorme complejidad social.

"Latidos en el corazón de África" refleja ese compromiso profundo: el pulso de una solidaridad que escucha, acompaña y construye vida allí donde las personas siguen soñando con un futuro más justo y digno.

"Latidos del corazón de África" no es solo una muestra de fotografías. Es una invitación a mirar más allá de lo aparente.

La autora de esta exposición, Cristina Sanz, religiosa de la Compañía de María, miembro del Equipo General y patrona de la FISC desde hace más de 25 años. Cristina conoce la RD del Congo: la ha recorrido con los pies y la ha mirado con el corazón.

Esta exposición nace precisamente del compromiso solidario que inspira el trabajo de la FISC, la ONGD de la Compañía de María, en tantos países del mundo, especialmente en África. Desde una mirada profundamente humana y esperanzada, buscamos contribuir a un desarrollo justo y equitativo, que ponga en el centro la dignidad de las personas. Y eso es precisamente lo que Cristina ha sabido captar con su cámara: la dignidad, la fuerza, la belleza y la alegría que laten en el corazón de África.

Sus fotografías no están hechas para impresionar, sino para conmover. En cada rostro, en cada mirada, en cada gesto silencioso... hay belleza, hay inocencia, hay también desamparo. Pero, sobre todo, hay vida. Una vida que resiste, que canta, que sueña. Y que nos interpela.