El teniente de alcaldesa, Juan Ignacio Borrego, y el concejal de Cultura, Jesús Celemín, participaron esta tarde junto a otras personas representantes de la corporación en la inauguración del 23 Salón Internacional del Cómic, Viñetas desde el Atlántico, en un acto en el que también intervino el director del festival, Miguelanxo Prado. Borrego destacó el esfuerzo que realiza cada año el responsable, y más en esta edición, con todas las incertidumbres que rodearon a los eventos culturales hasta el último momento.

En este aspecto, el edil manifestó que el festival se desarrollará con todas las garantías de seguridad, "una entrega muy especial, protagonizada por autores que descargan su imaginación en el público más pequeño, aquel que crece soñando entre bocadillos, que se embarca en aventuras salvajes y juega a tener superpoderes". Borrego añadió que la banda diseñada precisa de cantera que sostenga un universo "que nos hace reír y llorar, que nos emociona y despierta nuestros sentidos a través de los detalles que cada autor/a en su estilo traza con su lápiz".

El concejal recordó que los cómics emocionan, son un grito social, un espejo de lo que somos pero también son una fantasía, una fuente de inspiración de la que todas las niñas y los niños deben disfrutar. Indicó también que el éxito de Viñetas está en llegar a las personas que no son lectoras ni lectores con ganchos amables y atraer del mismo modo a las y los devotos, a los que Prado "siempre les tiene sorpresas reservadas". Por último, Borrego animó al vecindario a que pasee hasta lo 23 de agosto entre historietas, adquiera novedades y visite las exposiciones "agitando la cultura que es la que nos da cuerda como individuos y como sociedad".

Por su parte, Miguelanxo Prado mostró su satisfacción al poder realizarse el salón, ya que eran conscientes de que fallar una vez en un evento así podía ser dramático por romperse una inercia en la gente. En este caso, afirmó que el diseño de esta entrega es modulado, con la misma calidad en las muestras y en las piezas expuestas y sin ninguna sala sin ocupar desde el Kiosco Alfonso a la de Durán Loriga, pasando por el vestíbulo del palacio municipal, Palexco y la torre de Hércules. Lo que sí corroboró el responsable es que este año no habrá invitadas/os internacionales. Ellas y ellos no estarán físicamente pero sí contaremos con su obra y con la de las autoras y autores del país.

En concreto, Prado habló de Xulia Vicente, que era una niña cuando comenzó el salón hace 23 años y acudía como espectadora, "por lo que poder consagrarla en el Kiosco fue una satisfacción inmensa". La autora de Cariño representa, para Miguelanxo, un resumen de la evolución de la banda diseñada "ella no tiene escrúpulos, sabe que puede hacerlo sin que desmerezca ninguna de las obras, además es mujer y sobraba testosterona en el cómic". Afirmó Prado que el salón tuvo que reformularse, que Pau finalmente no podrá asistir a la cita y que en el caso de las conferencias, la capacidad se limitará a 18 personas: "Tenemos que establecer un sistema muy rígido de adjudicación, lo mismo que en las firmas", aseguró.