2 de diciembre de 2016
Los responsables políticos y técnicos municipales valoran como articular las propuestas surgidas de las jornadas de trabajo en la partida reservada para el Co-Lab en los Presupuestos municipales del próximo año
Un centenar de agentes sociales, culturales, académicos y empresariales de distintos sectores y procedentes de toda Galicia trabajaron conjuntamente en el exitoso Obradoiro Abierto que durante dos días dio forma al Co-Lab, el Laboratorio Ciudadano de A Coruña impulsado por el Ayuntamiento, a través de la Concellería de Participación e Innovación Democrática y del Área de Innovación Tecnológica, en convenio con la Universidade da Coruña. El debate abierto que protagonizaron los agentes de tan diversos orígenes a lo largo de 48h de trabajo conjunto fue amplio e intenso y fructificó en una serie de propuestas y líneas de acción que ahora deben ser estudiadas por el equipo impulsor del proyecto y por los responsables políticos y técnicos del Ayuntamiento -que también estuvieron presentes en las jornadas- para valorar cómo pueden ser articuladas a través de la partida prevista para el Co-Lab en los Presupuestos Municipales de 2017. Tanto la documentación generada durante el taller como el resto del proceso de creación del Co-Lab están disponibles en la web colab.coruna.gal y en el repositorio transmedia abierto y de libre uso forxa.colab.coruna.gal, donde se espera que continúe el debate.
El Laboratorio Ciudadano de A Coruña quiere ser un espacio de producción y de prototipado de conocimiento, a través de diferentes grupos de trabajo y de investigación que impulsen procesos de innovación ciudadana para la transformación social, contribuyendo al desarrollo cultural, social y económico de la ciudad. El taller se articuló sobre una serie de líneas de acción o grandes áreas temáticas que responden a los principales retos de la sociedad y del territorio: la movilidad, el habitar, el ser digital, el social y el cultural. Cada grupo trabajó una línea y ofreció sus conclusiones:
El grupo responsable del área social reclamó la falta de conocimiento de unos con los otros alegando que "tienen que conocerse y encontrarse" porque "si no nos conocemos, no construimos". La característica fundamental de todas las conversaciones son el retorno social, en las que palabras como conciliar, reconocer y facilitar son también protagonistas. Fundamentales para ellos las alianzas con el tercer sector, con los integrantes de los barrios y con los técnicos de la administración. Por su parte, y bajo la premisa de aldeanizar "la ciudad", el grupo del eje El habitar intentó buscar "motivos para hacer las cosas". El discurso se fundamentó en la busca de redes de apoyo mutuo entre el vecindario, prestar especial atención a los cuidados, humanizar la ciudad, minimizar el impacto ambiental, potenciar la economía social, visibilizar la aldea que hay en la ciudad o explorar nuevas formas de gestionar los bienes.
Respecto a los retos de la movilidad, y tras estos dos días de investigación, trabajo y reflexión, los participantes en el grupo -que decidieron autodenominarse "Removers"- pusieron sobre la mesa el cambio de hábitos de movilidad o la mejora de la viabilidad de los recorridos a través de diversos mecanismos, alianzas y campañas. El sector que trabajó en la línea El ser digital, asumió que la propuesta tiene una triple vía: un espacio permanente de análisis y experimentación sobre el uso de la tecnología en la ciudad, la creación de un espacio de making y otro de hacking que sean complementarios entre sí y las acciones, relacionadas con la manera en el que nos acercamos a la tecnología, siempre con un enfoque participativo. Finalmente, en el campo cultural, las protagonistas del discurso fueron la gestión de espacios, la potenciación de la creatividad, el conocimiento abierto, los presupuestos transparentes y acciones entre las que se encuentran la investigación, la formación bajo demanda, la optimización de recursos o la sostenibilidad, así como la creación de una oficina de atención ciudadana.
Dentro de las introducciones de los marcos de apertura del Obradoiro Co-Lab por parte de personas expertas, fue especialmente aplaudida la de Antonio Lafuente, del CSIC, quien acogiéndose a palabras de Isabelle Stengeres puso sobre la mesa la idea de que "la ciencia moderna vilipendia a los que están fuera de ella" para rescatar y resaltar el papel del amateur. El investigador propuso construir un contexto de diversidad que también se convierta en un contexto de emprendeduría e innovación porque "estos amateurs logran contar con la hospitalidad como principal método de trabajo, como tecnología, como herramienta a utilizar" y la hospitalidad "es un signo de organizaciones que utilizan como referencia formas adaptativas, resilientes y con capacidad de talento".
Pedro Jiménez, coordinador del área de formación del ZEMOS98, abordó el conocimiento abierto como si fuera una norma, como una de las reglas del juego, pero también como un código abierto y propuso una manera clara de acercarse a él: copiando, derivando, remezclando, cuidando (al igual que ya había apuntado Antonio Lafuente) y reconociendo.
Enrique Saavedra (Galicia Maker Faire), por su parte, introdujo el concepto de producción en la primera jornada del taller, acogiéndose a la idea de que "es preciso crear entornos que faciliten que las cosas sucedan, que generen un ecosistema y que hagan crecer el conocimiento" colocando las personas en el centro de todo ya que "somos las que comunicamos, las transmitimos conocimiento, valores, herramientas, espacios y recursos".
Ya desde la perspectiva de las comunidades de aprendizaje, Juan Freire (xTribe), quiso poner en valor la capacidad pedagógica del abierto porque "cuando abres algo, tienes que contarlo y, cuando lo cuentas, sigues aprendiendo". Para él, la indisciplina, el conocimiento abierto, las comunidades de aprendizaje y el prototipado son las normas de apertura que hacen que se generen los laboratorios ciudadanos.
Además de estos cuatro expertos, Nagore de los Ríos expuso su idea sobre Participación y Gobernanza poniendo como modelo Irekia -la primera plataforma de Gobierno Abierto de habla hispana-, y Marcos García compartió con los participantes su experiencia como director de un laboratorio ciudadano, Medialab-Prado. Este último aprovechó su intervención para apuntar que los laboratorios ciudadanos "desarrollan nuevas ideas y amplían el alcance y la riqueza de lo que hacemos" y que "el Co-Lab puede ser un proyecto que ponga las condiciones necesarias para apoyar los colectivos que trabajan en innovación ciudadana".
Sus intervenciones se subirán a lo largo de los próximos días a la web colab.coruna.gal, como el resto de la documentación generada en el proceso de creación del Laboratorio.
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