1 de agosto de 2015
Xurxo Souto evoca la historia de la ciudad, su talento y su música. "La fiesta somos nosotros", finaliza.
¡Salud y océano! ¡Salud y alegría!
Coruñesas y coruñeses, vecinas y vecinos, próximas y próximos. ¡Abrid los ojos, abrid el corazón! Preparaos para las fiestas más hermosas. Porque los auténticos protagonistas sois vosotros. Estos días surgirán grandes espectáculos por todos los rincones. Mas, insisto, el argumento fundamental de la fiesta es vuestro talento. Cada coruñesa, cada coruñés es un gran artista. Porque A Coruña es la música. Y todos llevamos una sinfonía dentro. Repetid conmigo: ¡A Coruña, la fiesta somos nosotros!
Dijo Luísa Villalta en su libro En Concreto:
Mi nombre es el de la Ciudad Alta,
Nacido donde la luz y el mar
Se están originando mutuamente.
Donde la luz y el mar se están originando mutuamente. ¡Que bonito! Sí, vivimos en la maravilla. Armamos cada día nuestra existencia entre grandes magnitudes: luz, mar, piedra, viento, somos tripulantes de la ciudad barco. La "Nau hechizada" de Devesa Monterroso. Ciudad barco, como escribió ya en 1933, en el Poema de la Cruña, el Padre Rubinos (al otro lado del nombre de una residencia, era un magnífico poeta). Ciudad amplia, cosmopolita. A Coruña no es periferia de nada. Es un centro de creatividad, es un centro del mar. Siempre a observar, siempre a soñar bien lejos. Hacia el norte Irlanda. Ahí delante Nueva York. Y también Cuba, para que el poeta más amante, y que no nació aquí, Curros Enríquez, orgullo de nuestras bisabuelas, escribiera, al otro lado del mar las palabras más hermosas:
Cuando se ponen la luna tras de las peñas,
Lloran las estrelliñas todas del cielo
También yo lloro, también yo lloro
Cuando no me alumbran esos tuyos ojos.
A Coruña una piedra clavada en el Atlántico.Y en la proa la torre, antorcha encendida, entre las Mariñas y la Costa da Morte, para abrir caminos en el Océano "o lo que es lo mismo para abrir caminos entre todos los misterios: luz, viento, piedra, mar" y nosotros dentro. Es normal que saliéramos artistas, elegantes, soñadoras y soñadores. Ciudadanos superdotados para el oficio de la alegría. Emoción que se reinventa cada madrugada en la bohemia coruñesa. En la luz submarina de Urbano Lugrís. En aquella Coruña de los ochenta: noche y salitre, creatividad extrema, del Jazz filloa y del Patacón, La Revista La Naval, Radio Océano, Xaime Cabanas, Lois Pereiro y los poetas de Amor y Desamor. La bohemia que creó una manera propia de decir. Esa escuela coruñesa de la canción que tiene como máximo representante al gran Sito Sedes, que tiene como máximo representante al gran Pucho Boedo.
Miró para los cielos, con el puño cerrado!
Y hacia los robledales rosmando marchó!
Con los ojos perdidos en la oscura extensión
Y el sapo se quedó cantando: crocó.
A Coruña es la musica. Con la melodía más linda en el alta madrugada, cuando se detiene al fin el alboroto de los hombres y sólo suena el son del mar. Cuando sólo suena tanto mar que nos acuna: a repetir cada noche la palabra más hermosa: Orzán, Orzán, Oooorzán!
En este pregón un abrazo de amor y homenaje a un bohemio mayor, uno de los grandes compañeros del propio Pucho Boedo. Nos dejó hace sólo unos días, después de una vida entera repartiendo por el mundo cosas bonitas. Esa sí que es una buena herencia: batería de los Tamara, batería de los Doré: Antonio Cruz "Perillo", el niño del Gurugú.
Peri, Peri, Peri
El rey de el wachismén,
Tocaste con los Tamara, tocaste con los Doré.
¡A Coruña, la fiesta somos nosotros! ¡Crezca la fiesta! ¡Crezca el Mar!
Capítulo dos del pregón de la ciudad barco: la historia.
Ubi Brigantia Gallaeciae civitas sita altissimam pharum et inter pauca memorandi operis ad speculam Britanniae erigit. A Coruña, protagonista de la gran historia. En el siglo V Paulo Orosio hablaba ya de Brigantia y de su altísimo faro, a mirar lejos hacia Britania por los caminos del mar. La gran historia. Y A Coruña reinventándose cada día con nuestras pequeñas historias. Nosotros. Miles de familias que vinimos de las aldeas, para llenar de vida entre tanto griscemento, los barrios todos, desde Eirís a Labañou. Músicos y navegantes. A Coruña, obrera, enxebre, popular...
Carmela, mi Carmela,
Manojito de nabizas
Tú que naciste en A Grela?
Bendita ciudad esta en la que no hay título de nobleza mayor que haber tenido en la fábrica de Tabacos una abuela cigarrera. Mujeres rabudas, firmes, solidarias. Con ese estribillo que resuena como un proverbio. La viejecita aquella que había quedado dormida en el mitin. Y que, conforme despertó con los aplausos, proclamó: Habló Chacón, habló bien!
Coruña de la gente en la que, insisto, todo acaba haciéndose música. Comenzando por el propio Ayuntamiento. Contaban las abuelas y aún se cuenta por la parte de Nelle de aquel concejal, responsable del servicio de incendios, que no apareció cuando la cosa se puso caliente y las llamas del fuego más lo reclamaban:
Fandiño, Fandiño,
Donde tienes el bombín
En la casa de la alcaldesa
Para regar el jardín.
Sí, era inevitable. En este oficio de la alegría entramos de bruces en la tradición del Carnaval, con Pibela, Mazaricanos, O Queleré da Silva, os Rexumeiros de Elviña y O Moucheiro de Vioño. Choqueiras y choqueiros de la calle Vizcaya, por la parte de la Coiramia. Choqueiras y choqueiros de la calle de A Torre que, con humor y alegría y algún palo en el lomo, incluso en los días más duros de la dictadura, supieron mantener encendida la llama de la Coruña libertaria. Por este arroyo carnavalesco un saludo a la policia municipal: el alcalde Molina, al otro lado de los tulipanes de Holanda, había traído de Madrid el primer policía pirulo en coruñés encargado de dirigir el tráfico. Lo situó en un púlpito en Cuatro Caminos. Era guapísimo. Las chavalas todas quedaban hechizas con su movimiento. Enseguida el maestro Canzobre le armó este cántico:
Guayabito, Guayabito!
A Coruña es la música, que llega por los caminos del mar. Recuerdo a un chaval, años sesenta, en un seiscientos al pie de la Torre. No iba a besarse con la chica, que probablemente también. Se llamaba Nonito Pereira, e intentaba sintonizar en la radio los últimos éxitos norteamericanos que emitía desde una plataforma del Mar del Norte, Radio Caroláns. Y porque A Coruña es música, la propia música gallega contemporánea, se me permita la hipérbole descriptiva, nació a unos pocos metros de aquí. En el Campo da Leña, de la mano de los maestros de Cántigas da Terra. Le preguntaban las cantareiras a las señoras que venían de la aldea a vender en el mercado. Las apuntaban de oído en un pentagrama. Y en el siguiente día de mercado, una semana después, buscaban a la señora esa para darle la lección. Como solistas del coro, fichaban las mejores voces obreras que soltaban la garganta por las tascas de los Olmos, de la Franja, o de la calle de la Galera. Toda la música gallega está aquí en el archivo de Cantigas. Y por eso su primera fiesta lleva por nombre Fiesta de A Coruña. Esa que incluso sin darnos cuenta llevamos dentro, bien dentro de nuestro corazón.
¡No te vengo de mallar!
¡Crezca la fiesta! ¡Crezca el Mar!
En A Coruña todo es música. Diversa, multiforme. Tenemos una cultura sonora extraordinaria. Así lo llevo experimentando desde hace veinticinco años con mis compañeros de Los Diplomáticos. Aquellos chavales de Monte Alto que en lugar de asumir la condición de sucedáneo provinciano, quisimos poner en valor esta cultura sonora que latía en la casa. Con Guni Varela, que era heavy, mas su familia de Aranga sabía todas las piezas enxebres: E pousa? Con Rómulo Sanjurjo, gran seguidor entonces de los Chichos y de los Chunguitos: Carmen, Carmen. Mas su familia venía de la parte de Viveiro, Chavín, y sabía lo que era la música verdaderamente grande del campo de la fiesta, La Ranchera Mexicana: Aquellos tiempos que viviste junto a mi? Que mi amor fue para ti? También yo escuchaba en la casa cuentos con melodía. Un viaje del año 54, de la orquesta Los Satélites, camino de Venezuela. Entre ellos, saxo alto, Manuel Eiroa, mi abuelo. Llegaron, tocaron y fracasaron."
Sí, sólo una vez, Los Satélites de A Coruña no consiguieron el éxito absoluto. Esta auténtica selección gallega se puso a tocar "osada imprudencia" en el Caribe música tropical. Fracasaron sí, mas aprendieron. Y a la vuelta trajeron todo el esplendor, todo el poder del Trópico directamente al campo de la fiesta. Mucho antes "cosmopolitas" nós que se inventara la palabra salsa por la parte de Nueva York: así fue que empezaron papá y mamá ¡Gloria a los Satélites. Cosmopolitas somos nosotros!
Con humildad y vehemencia, con este pregón "por lo menos así el intento traemos a María Pita" la mejor tradición coruñesa de la música popular. Soy la persona más feliz. Alegría extrema, inmensa fortuna. Me tocó el premio mayor, Lucem candidiore nota en palabras del poeta latino Catulo: o directamente en coruñés redondo: ¡Niño, tremendo grelo!
Yo soy de Os Mallos, soy de Labañou
Soy de la Gaitera, soy del Castrillón
Por la Agra, por Monelos Universo coruñento
¡Niño, tremendo grelo!
¡Crezca la fiesta! ¡Crezca el Mar!
La fiesta somos nosotros.
Capitulo tres, y para finalizar.
Al estilo del libro Luis Seoane, triunfador en Nueva York, no puede haber pregón de la fiesta sin un ¡Homenaje a la Torre! Homenaje a la Torre de Hércules. Que es lo mismo que decir, ¡un homenaje a la luz! Dijo Arsenio Iglesias:
Somos como el mar de A Torre, fuertes, bravos, elegantes y caballeros. Somos como el mar de A Torre, esa es la esencia del ser coruñés.
Y Pucho Boedo cantó en su último disco:
Torre de Hércules de la Cruña. ¡Sí que puedes presumir! ¿Pocos faros hay? Señora de todo el mar. Luz antigua que en los guías nos da siempre tu solaz.
Desde este pregón de las fiestas de María Pita, convoco solemnemente a la belleza. A las melodías invisibles que nos llenan el ojo y el corazón a vista de pájaro de A Torre. La eufonía de los nombres de las piedras percebeiras que aprendemos de Milucho Mariñas, música linda, que hoy por fin, vuelve a ser nuestra:
Area de Concha, El Grelle, Macallás, El Caballo, Las Longuiñas, las Congostras, A Rabaleira, el Herminio, el Altar, Xogadoiro, el Gueivouteiro, el Buey, la Vaca, el Becerro y el Becerriño, Cuchillos de Terra, Cuchillos de Mar.
Música bonita, Coruña invisible, en las aguas que se extienden entre Sisargas y el cabo Prior (por la banda de Ferrol): Las Acentes, Carpancho, Abarracios, Mar de la Cota, Tousas del Este, Tousas del Vendaval.
Ese mar de A Coruña, que aunque los y las terrícolas no lo sepamos, tiene nombre, y tiene nombre de mujer. Convenido solemnemente a la belleza, convenido solemnemente como protagonista de esta fiesta, a ese agua de nosotros, cuyo nombre creo va a campar hoy por primera vez en esta plaza de María Pita. ¡Preparad las cornas! Salud y belleza, mar de A Coruña, salud y belleza:
¡Mar de María Antonia! La fiesta somos nosotros. ¡Crezca el Mar, crezca el Mar de María Antonia!
¡Final!
Coruñesas, coruñeses, vecinas y próximas, con humildad y vehemencia propongo un ritual para la historia: Orzán (esta ciudad es tan maravillosa que hasta tiene unos seres míticos propios, los hombres marinos, que, en el siglo XVII, según el cardenal Jerónimo del Hoyo saltaba por el mar de Orzán.)
Moreniña por verte
Crucé el mar de la Marola
A punto de me perder
Compartamos el mensaje definitivo de esta cntiga: hace falta arriesgarlo todo para buscar la belleza. La belleza, el mejor destino de esta ciudad barco que se llama A Coruña. Como proclama en piedra el lintel del Ayuntamiento. Cabeza, Guardia, Llave, Fuerza y Antemural del Reino de Galicia. Y llegó Luísa Villalta para sublimar estas palabras:
Ciudad tatuada en la petréa piel del mar.
A Coruña: ¡Cabeza, Guardia, Llave, Fuerza y Antemural del reino renacido!
¡Crezca la fiesta! Y crezca para siempre jamás la alegría de esta ciudad maravillosa. Coruña bonita, Vilanova del mar. Incluso en el día más feliz, queremos compartir también firmes esta reivindicación: ¡Fiestas libres sin violencia machista! Coruñesas, coruñeses, abrid los ojos, abrid el corazón:
¡La fiesta somos nosotros! ¡Ay! Coruña,
Esta noche he de ir allá
Esta noche como presta
Esta noche, voy y voy,
¡Te he de ir a armar la fiesta!

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