Según Estrabón, Ptolomeo o Plinio el Nuevo, los habitantes de este entorno eran conocidos cómo ártabros o arrotrebas. Este populi, denominación que se les otorgaba a determinadas etnias con características homogéneas que habitaban un territorio concreto, ocupaba la región actual del Golfo Ártabro: desde las tierras bañadas por los ríos Mendo, Mandeo y Mero hasta los inicios de la Costa da Morte; en un área que se limitaba, mayoritariamente, a las tierras costeras o relativamente próximas al mar. Los ártabros, según Estrabón, eran ricos en metales (especialmente oro), frutos y ganado, siendo un pueblo belicoso y dado a las actividades guerreras.

Algunos autores consideran que el territorio ártabro pudo ser la verdadera referencia de origen de las conocidas como Islas Casitérides, una representación mitológica de un espacio en el que existía una ingente cantidad de oro y estaño, cuestión que resulta coherente con las propias características de este territorio, en el que existen abundantes filones de estaño y también de oro (en su mayoría, en depósitos aluvial, como acontece en los ríos Mero y Barcés; a pesar de que también existen filones en primario). Se conocen, de hecho, varias explotaciones auríferas (en su mayor parte, ya de época romana) en la cuenca media y alta de estos ríos. Estrabón, de hecho, menciona que los ártabros cribaban y removían su agua con rastrillos para poder obtener el oro en pepitas.