Olla castreña decorada (Museo Arqueológico e Histórico del castillo de San Antón de A Coruña)
Una cerámica propia
La cerámica de la Edad del Hierro, conocida popularmente como cerámica castreña, proporciona información a múltiples escalas sobre la sociedad de su tiempo. Desde el punto de vista técnico, estas piezas suelen definirse como recipientes globulares, con bordes exvasados y bases planas. La mayor parte de la cerámica suele ser lisa y presentar una tonalidad marrón, pero esto puede experimentar notables variaciones segundo las áreas. Existen, de hecho, múltiples variaciones regionales en función de los criterios decorativos, así como en la elección de las formas. Por ejemplo, en el área de Elviña son muy poco habituales las decoraciones con estampilla y apenas existen jarras, mientras que en el área de las Rías Baixas existen formas típicas de jarra y las estampillas son una de las decoraciones más habituales.
Las formas más habituales son las ollas, pero también contamos con grandes tinajas de almacenaje (conocidas como dolium, dolia en plural) y, en casos menos habituales, jarras o incluso vasos y platos. La escasez de estos últimos puede deberse a su original fabricación en madera, tal y como acontece en otras regiones como la Galia, si bien estas piezas no dejaron huella dada la notable acidez de los suelos galaicos, que impide su conservación.
En la actualidad, se considera que la fabricación ollera fue una actividad eminentemente femenina, tal y como muestran las huellas digitales fijadas en algunas piezas.
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