Como instrumento, el piano es extraño: capaz de sonar como un bosque del planeta Tierra o como un océano alienígena: puede transformarse en arpa y caja de tambor, crear reverberaciones gracias al pedal, dejar sonar armónicos (esa parte sumergida del iceberg de una nota) hasta que se extingan o cortarlos de un pisotón, suena tan pronto cálido y dulce como violento, estrepitoso.

Visto como artefacto, como mueble, sobrecoge: tan solo verlo despierta en cualquier sapiens las ganas de tocarlo, incluso que no sepa situar una sola nota. Ocupa rincones con elegancia introvertida, sus teclas se alinean como sonrisas o fauces de Cheshire, algo tienen de ajedrez, de dominó, de fotografía del siglo XX. En la imagen que acompaña el cartel de este concierto -obra de Xurxo Gómez-Chao- le vemos los intestinos, esa madera mágica, oculta, entre rojos y dorados que a veces divisamos en los majestuosos pianos de gran cola semiabiertos.

Carlos Marín Rayo (Madrid, 1994) es un consolidado y muy joven intérprete que conoce bien algunas de las piezas de este concierto. Nos lleva desde el Pico Sacro gallego hasta las invasiones de los descendientes de Hércules (en las leyendas de los Pueblos del Mar mediterráneos en la Edad del Bronce), pasando por la naturaleza tan pronto liviana como pesante del viento, el entretenimiento entre tierno y díscolo de la infancia, el Diabolus in musica o uno de los famosos nocturnos de Chopin en tres partes, el opus 15, que da título a este concierto.

Un Nocturno sería en gallego un Serán, o una Serenata, en principio una pieza para interpretarse en las tardes-noches, una especie de merienda-cena para el oído, y a veces de cierta intranscendencia. Sin embargo, paulatinamente [las palabras importan, y mucho] se fue tiñiendo de características introspectivas, a veces enigmáticas, con alusiones a elementos nocturnos [como la luna, por ejemplo].

Para nosotros la palabra «nocturno» en música supone un encuentro entre compositores de lenguajes diferentes, con motivos bien curiosos y diversos, para recibir la noche convertidos en seres poliédricos, invadidos de saltos de octava, texturas y timbres inesperados, observando un piano que puede ser tan ingrávido como el viento y colapsarse hasta el punto de un agujero negro, del que nada escapa, ni una tecla.

Tampoco vuestra curiosidad escapará.

Carlos Marín Rayo

Presenta Estíbaliz Espinosa

Audiencia Provincial de A Coruña (Antigua Fabrica de Tabacos) Sala Emilia Pardo Bazán

+ Info: https://www.resisfestival.com/