Los restos del antiguo convento de San Francisco constituyen uno de los espacios con mayor carga histórica de toda A Coruña. En el último año se han realizado numerosas actuaciones que muestran su altísimo valor patrimonial. Además, estas permiten arrojar nuevos datos sobre lo que existía en ese espacio antes del edificio religioso y, por lo tanto, ayudar a dar una imagen más clara de la evolución de la ciudad a lo largo de la historia.

Tras una campaña de sondeos realizada en 2013 para confirmar la conservación del pavimento de cantos rodados documentado en el año 97, “durante el año pasado se realizó la excavación en área del pavimento y su consolidación con el objetivo de evitar el proceso de degradación”, explican los técnicos municipales.

Durante este julio, un equipo de tres restauradores y cinco arqueólogos trabajó en la restauración del pavimento de cantos rodados del deambulatorio del claustro del convento. El objetivo es permitir dejarlo a la vista, con el fin de que le permita al usuario entender mejor qué muros se corresponden con la iglesia y cuales pertenecen al convento.

Por otro lado, para facilitar el recorrido por el yacimiento se va a ejecutar un pavimento de jabre que, además de definir el itinerario por el mismo, creará un elemento físico que separará el yacimiento del parque.

Además, dos técnicos están elaborando el contenido de módulos explicativos que se instalarán en el perímetro de la ruina. La instalación se hará efectiva una vez pase todos los trámites exigidos por la legislación actual en materia de Patrimonio Cultural.

Otra de las actuaciones llevadas a cabo este año fue la realización de un sondeo por debajo de la capilla del S.XVI, huella al brazo norte del crucero de la iglesia con el fin de encontrar los restos relacionados con los muros más antiguos del convento e intentar resolver cuál fue la evolución del edificio. Los técnicos sostenían que con esta actuación se podrían resolver muchas dudas acerca de cómo fue el proceso de renacimiento de la ciudad en 1208, además de dar pistas importantes sobre qué existía en esa zona antes del convento.

El resultado del sondeo fue, según los informes arqueológicos, “muy positivo” y permite afirmar que “el yacimiento tiene mucho más potencial del que se estimaba”.

Así, se lograron documentar dos fases anteriores a la construcción del brazo norte de la iglesia. En la primera de las fases aparecieron tres tumbas excavadas en fosa y otro conjunto de huesos movidos de su espacio original. “Lo interesante de estas tumbas es su orientación Norte-Sur, lo que podría indicar que están orientadas al altar, y el hecho de que uno de los esqueletos esté cortado por la zanja de cimentación del brazo norte de la iglesia. Esto indica que la necrópolis es anterior a la Iglesia”, lo que hace adivinar la existencia de un edificio anterior a la iglesia en estos momentos visible. La segunda fase del estudio está confirmada por la existencia de un muro de 1,5 metros anterior a las tumbas.

En conjunto, y según la opinión de los técnicos, “el sondeo permite aumentar las incógnitas sobre la evolución de este espacio de la ciudad y, además, aumenta el valor patrimonial de uno de los pocos yacimientos que permiten una excavación en extensión, al encontrarse en un espacio de titularidad pública sin construir muy cerca de la Cidade Vella”.