Al sur del Castro de Elviña, se localizaba la necrópolis megalítica de la Zapateira, también conocida como Fonte do Ouro o Monte das Arcas.

Este tipo de necrópolis acostumbran a distribuirse a lo largo de las cumbres de cordales y están constituidas por un agrupamiento de túmulos, conocidos como mámoas o medorras. Los ortostatos, en el caso de tenerlos, eran cubiertos por un sedimento de tierra dándole forma semiesférica, sobre lo que se disponía una capa de piedras menudas seleccionadas sobre la misma, llamada coraza, que eventualmente se rodeaba por un cordón formado por piedras que delimitaba el túmulo, llamado sortija peristalítico. Las mámoas son las primeras evidencias de arquitectura monumental en la historia de Galicia, y su construcción los remiten a un período entre el 4500 y el 1500 a.C., de manera aproximada. En la actualidad, se conocen más de 8000 mámoas en el territorio gallego, uno de los lugares del mundo con mayor densidad de yacimientos tumulares.

A pesar de que la función inicial implicaba cierto carácter funerario y simbólico, también fueron utilizadas como elemento delimitador del espacio de las comunidades del pasado; función que, incluso, fue conservada hasta la actualidad, pues las mámoas formaban parte del paisaje tradicional y aún mantenían connotaciones simbólicas. Este puede ser el caso de la necrópolis de la Zapateira, que sirve de límite entre los ayuntamientos de Coruña, Arteixo y Culleredo, así como de cinco parroquias. Se orienta en sentido E-W a lo largo de la divisoria de la cordal que comunica el valle de Vilaboa y la ría del Burgo con la zona de Arteixo. El cordal alcanza los dos kilómetros y medio de longitud, con una altura de 289 metros sobre el nivel del mar.

Las primeras intervenciones en la necrópolis se efectuaron 1935, a cargo de la Sociedad coruñesa "Amantes del Campo", siendo posteriormente estudiada por Luis Monteagudo. Se llegaron a catalogar treinta y tres mámoas que se dividieron en varios conjuntos denominados Fonte do Ouro, Finca de Cachafeiro, Montes da Zapateira y Monte da Arca (Entorno del Trabe), Monte de Cambás, Monte Aberto y Monte de Orro. Una de ellas fue excavada por el propio Monteagudo en 1976, con motivo de la construcción del campo de golf. Hoy en día, desgraciadamente, la mayor parte de estas 33 mámoas ya no se conservan.