Vista aérea del acceso exterior
Un gran acceso al recinto
Durante muchos años, fue posible observar la monumentalidad del Castro de Elviña a través de sus potentes murallas y de los prominentes torreones que franqueaban el acceso a la croa. No obstante, nuestra percepción de la arquitectura del castro cambió notablemente tras la excavación del acceso exterior.
Situado en la banda sudoeste del castro, en la tercera línea de muralla, esta entrada da acceso al poblado desde el exterior, por lo que debía de estar firmemente defendida y asegurada para controlar quien podía entrar y quién no.
Una construcción monumental
El acceso exterior sudoeste se emplaza, como es lógico, en la última línea de muralla del castro. En primera instancia, contaba con dos torreones adosados a la muralla; no obstante, en este caso, ambos torreones contaban con sendos muros que, prolongados en dirección sudoeste, daban lugar a los otros dos torreones (si bien en la parte este, el probable torreón no se conserva, pues fue totalmente destruido). Este acceso contaba, como mínimo, con tres puertas de madera, y estaba completamente pavimentado por un camino pavimentado.
En la parte interior, este complejo acceso daba paso a una pequeña plaza, que funcionaba como centro organizador de la red de caminos internos del castro.
Este complejo sistema de acceso, sin demasiados paralelos en el Noroeste de la Península Ibérica, alcanzaba un total de 35 m de largo, un área que permitía vigilar por completo a todo aquel foráneo que quisiera acceder.
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