Ayuntamiento de A Coruña

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Fotografía aérea del sistema defensivo del castro de Elviña.

El sistema defensivo

Un perímetro con tres murallas

Como es habitual en los castros, Elviña cuenta con una localización estratégica en la cumbre de una colina. Pero no sólo cuenta con esta defensa, sino que también presenta un complejo sistema con tres líneas de muralla, que se adapta a la configuración del entorno y que delimita una extensión superior a las 6 hectáreas. Las murallas, como es lógico, contaron con una funcionalidad defensiva, pero también eran un símbolo de poder, definiendo la identidad local y la capacidad del poblado a través de la monumentalidad de las murallas.

Un complejo sistema defensivo

Como indicamos en su respectivo apartado, el castro contó con una primera configuración, definida por una muralla escalonada de 1 m de anchura y de la que apenas conservamos un pequeño tramo.

Esta muralla fue destruida para construir la totalidad del sistema que ahora podemos observar. A pesar de que inicialmente se consideró que el castro fue construido en distintas fases, los datos actuales indican que las tres líneas conocidas de muralla fueron parte de una misma planificación constructiva. Esto es apreciable gracias a la aplicación de las mismas técnicas y por la identificación de una estratigrafía muy semejante en todos sus niveles de construcción y abandono. Parece que fue construida en torno al s. III a.C., siendo abandonada en la primera mitad del I d.C., tal y como indican los materiales identificados en los sucesivos niveles de destrucción y abandono de los dos accesos de la croa, en el acceso exterior o en la tercera línea de muralla.

Si desgranamos cada tramo de muralla, la línea de la acrópolis presenta entre 3 y 5 m de espesor, y en algunos tramos conserva una altura superior a los 3 m, si bien debió presentar una altura superior en su momento. La cara interna de la croa, como también acontece en el resto de las líneas, disponía de un camino de ronda delimitado por un muro. La muralla de la croa presenta dos puertas de carácter monumental, de idéntica factura: dos torreones adosados a la muralla que dejan paso a un camino pavimentado.

Las terrazas amuralladas

En las faldas del monte, se despliegan otras tres líneas de muralla, de unos 3 m de espesor, que se unen al este y oeste con la de la acrópolis, ampliando en buena medida la extensión del poblado. A pesar de que probablemente existirían más puertas entre ellas, solo conocemos una: el acceso exterior de la banda sudoeste, en la última línea de muralla. Este acceso, completamente alineado con el acceso de la croa (otra muestra de la planificación sistemática y conjunta del sistema defensivo), se define por dos torreones adosados a la muralla y un camino pavimentado... pero se ve complementado con una estructura constructiva que se prolonga cara el sudoeste y que finaliza, por lo menos en una de las bandas, en un nuevo torreón. Este complejo sistema contaría, cuanto menos, con tres puertas de acceso, y supondría un sistema de control exhaustivo de cualquiera que pretendiera acceder al castro.

  • O sistema defensivo

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