Cada día son mas las casas de zapatillas que nos bombardean con nuevos modelos ofreciéndonos maravillas tecnológicas con novedosos materiales, formas, colores, tipos de costura y nuevas técnicas de fabricación, para poner en el mercado el modelo mas rápido, mas amortiguado, mas ligero,… en definitiva, creando  una difícil elección para el corredor, que al final no sabe qué hay de cierto en todo esto.

Cuando nos planteamos la pregunta de “qué zapatilla me compro” aparecen los eternos interrogantes, qué modelo, dónde comprarlo, cual es la idónea, etc.

Así como cuando uno juega al pádel se asesora y contrata  un profesor; cuando se empieza a nadar un monitor de natación, el corredor da por hecho que “sabe” correr y por supuesto sabe entrenar….¡Ahhhhh! pero esto no es tan fácil.

Adquirir una buena zapatilla es fundamental a la hora de evitar lesiones, pues una correcta elección será primordial a la hora de evitarlas. Las zapatillas no son mas que un instrumento para llevar a cabo una técnica correcta; han de personalizarse lo máximo posible, tipo de pisada, peso, ritmos a los que se corre, distancia, lesiones padecidas, y un largo etc.,  y ¿dinero? ¿Cuándo es realmente cara una zapatilla? En mi opinión cuando se guarda y no se utilice, ¡ahí si!, no importa lo que haya costado si se utiliza y hace su finalidad, que es conseguir el objetivo sin lesionarse.

Actualmente son numerosos y cada vez más los modelos y tipos  que están en el mercado:

Neutras, para pronador, supinador, zero-drop, barefoot, voladoras, minimalistas… muchos conceptos que dificultan la elección al profesional y al corredor para decantarse por una u otras, pero al final como decía Bill Bowerman (fundador de Nike y pionero en creación de zapatillas) “hay que buscar mínimo peso con el mantenimiento de todas las cualidades”.

No debemos obcecarnos en aquellas que le vimos a Gebre, las que nos dice un amigo, aquellas que le han ido bien a uno de mi gimnasio, etc., porque al final cada corredor lleva las suyas o....Abebe Bikila gano el maratón de Roma 60 y Tokio 64 corriendo descalzo.

Con todo ello lo ideal es acudir a un profesional que nos oriente a elegir  la zapatilla adecuada para nosotros, aquella que nos de la pisada lo mas perfecta posible, aquella que sea la mas eficiente y con el mínimo riesgo lesivo y como dicen en F1  ¡tengan cuidado a la hora de elegir el “neumático” adecuado!