La Concellería de Medio Ambiente está instalando un sistema tecnológico que permite detectar en sus primeros estadios las infecciones de la plaga del picudo rojo en las palmeras de la Rosaleda, Ciudad Vieja y los jardines de Méndez Núñez. "Estamos poniendo en marcha medidas de prevención para proteger los ejemplares con valor singular, ambiental y patrimonial de la ciudad, para asegurarnos de que la plaga no llegue a los ejemplares de mayor valor de la ciudad", indica la edil de Medio Ambiente, María García. El escarabajo del picudo, un insecto procedente de Asia que llegó a la Península hace ya 25 años, es muy dañino para las palmeras, en especial de las especies canaria y datilera, ya que ataca al interior del árbol y cuando esta comienza a dar síntomas externos su estado de deterioro ya es muy avanzado. Por eso, y viendo la afición que está causando en los ayuntamientos de la costa de Pontevedra y algunos de la ría de Arousa, el Ayuntamiento comenzó esta semana a preparar 75 palmeras en las que se instalará un sistema de detección sísmica que percibe la vibración que produce el picudo rojo en las primeras fases de afición.

"Este lunes comenzaron los trabajos de limpieza de copas de las palmeras que son precisos para colocar este sistema, que durante tres años enviará datos de manera periódica y alertará en caso de que la plaga llegue a estos jardines históricos", indica García. La concejala explica que la iniciativa, que tiene un coste de 23.000 euros, "es el único sistema que, hasta el momento, da resultados para el cuidado preventivo de las palmeras y se enmarca en la atención que el Gobierno local mantiene con los espacios verdes más antiguos de la ciudad y en los que se encuentran los ejemplares más valiosos, tanto a nivel ambiental como desde un punto de vista patrimonial".