"¡Ya no sabemos qué más hacer!", ha apuntado el portavoz socialista, José Manuel García, a las puertas del centro cívico de Santa Lucía, cerrado desde diciembre de 2016 y pendiente de una obra menor de rehabilitación desde julio de 2017. A finales de 2016 se produjo una caída de cascotes que obligó a precintar el inmueble; en verano de 2017 el PSOE incorporó una partida de 100.000 euros a los presupuestos fruto de la negociación con Marea para distribuir los dividendos de Emalcsa; en aquel momento calculábamos que la obra podría estar a finales de 2017, pero ha comenzado 2018 y los trabajos ni siquiera están adjudicados, por lo que el Grupo Socialista no puede más que llamar la atención por la dilación y reiterar su apoyo a los vecinos.

En esta línea, el presidente de la asociación vecinal A Barcarola, Juan Iglesias, ha llamado la atención sobre el retraso acumulado de una obra que "no es el Escorial" y que ya debería estar finalizada. Mientras, la entidad vecinal sufre un año desplazada, primero suspendiendo actividades y luego trasladándolas a San Diego y a la sede de UGT, en unas condiciones que no son las mejores para una asociación que este año cumple su 25 aniversario.

Una vez más, José Manuel García ha mantenido un encuentro con los vecinos a las puertas del centro cívico para recordar que en julio de 2017 visitó el mismo lugar para anunciar la inversión, con la confianza de que en breve se podría reabrir el centro, algo que no ha ocurrido.

Hoy, el portavoz socialista ha mostrado su preocupación por el trato de Marea Atlántica al movimiento vecinal, al que por un lado se le dice una cosa pero luego no se lleva a cabo. De igual manera, ha llamado la atención sobre la falta de gestión del gobierno municipal y ha puesto en duda su capacidad, a la vista de que lleva un año para reabrir un centro cívico pendiente de una obra menor que finalmente salió a concurso por 86.000 euros. En este sentido, ha pedido a Marea que cumpla los compromisos adquiridos en los modificativos antes de plantear otros nuevos.

Tal y como ha recordado el presidente de la asociación de vecinos, Juan Iglesias, el centro se cerró en diciembre de 2016 por la caída de cascotes del falso techo durante la celebración de un campamento navideño de niños. Desde entonces, sin apenas comunicación del Ayuntamiento, tuvieron que trasladar su actividad al centro cívico de San Diego.

"Nos dijeron que serían dos meses pero ya van más de seis", dijo en julio de 2017 Juan Iglesias, que lamentaba el trastorno para los vecinos y la pérdida de alumnos en las actividades. Ahora, en enero de 2018, la situación se mantiene sin cambios: el centro cerrado, las obras sin adjudicar y la actividad al ralentí.

Una vez más, el presidente de la asociación y un grupo de vecinos han agradecido el compromiso del portavoz socialista y el trabajo del PSOE para hacer realidad este proyecto, que en algún momento tendrá que ejecutarse.