La mayor parte de la información sobre el día a día la ofrecieron, en primer lugar, los autores clásicos que escribieron sobre lo pasado de las sociedades "bárbaras" al otro lado de los límites del imperio. Esta información permite que tengamos datos sobre cuestiones que, desgraciadamente, la arqueología no siempre puede contestar, pero siempre debemos ser cautos sobre el origen y finalidad de estas referencias: los autores clásicos son hijos de su contexto, y la forma de observar y representar la vida de otras sociedades está cargado de negatividad y etnocentrismo, pues el modo de vida de los bárbaros era considerado inferior e indeseable.

Hoy en día, los datos de las fuentes clásicas pueden ser contrastados con la arqueología en determinados campos, por lo que es posible plantear algunos aspectos sobre la vida diaria en un castro. El hábitat doméstico se centraba en viviendas, en el caso de Elviña, pétreas, en las que no existían los vanos y que contaban con la puerta como la única fuente de iluminación natural. En el interior, contaban con una o varios lares, normalmente, en el centro de la vivienda.

La alimentación tenía como base el uso de la harina de trigo, mijo y cebada, complementado por frutas, leguminosas, hortalizas y carne (de ganado vacuno, porcino, arreglar), pescado y moluscos y productos recolectados como las bellotas. Las bebidas eran el agua, la leche y el zythos (una bebida alcohólica semejante a la cerveza), complementada ocasionalmente con el vino, consumido en ocasiones especiales.

Para otras costumbres, podemos aportar como base los escritos de autores clásicos como Estrabón, si bien debemos ser conscientes de los condicionantes despectivos previamente descritos:

"Todos los habitantes de la montaña llevan una vida sencilla, beben agua, duermen en el suelo y llevan el pelo largo como las mujeres. Mas en el combate ciñen en la frente una cinta. (...) Y practican peleas gimnásticas, hoplíticas y hípicas para el pugilato, la carrera, el lanzamiento de dardos y el combate. (...) Están escasos de vino y lo que consiguen lo gastan rápidamente en festín con las familias. En el lugar de aceite emplean mantequilla. Toman sus comidas sentados, en bancos construidos alrededor de las paredes, situándose según la edad y la dignidad; la comida se va pasando en rueda. Mientras beben bailan en círculo al son de la flauta y la corneta y también saltando y arrodillándose. (...) Todos van vestidos de negro, la mayoría con sacos, con los que duermen en lechos de paja. Usan vasos de madera como los celtas. Las mujeres llevan vestidos y faldas con adornos florales. Los más lejanos, en lugar de monedas, hacen cambios de especies o dan trozos de plata. A los condenados la muerte despénanos y a los parricidas lapídanos fuera de las regiones o de las ciudades. Se casan como los griegos. Los enfermos, como los egipcios en la antigüedad, son colocados en los caminos para ser curados por los que sufrieron una dolencia semejante. Usaban barcos de cuero antes de Bruto, a causa de las crecidas y bajadas de las mareas, pero ahora, mismo los barcos hechos de un tronco de árbol, son raros."